Esta entrada la escribí un viernes, ya terminados los exámenes de Febrero, en un tren de Valladolid a Madrid para ir al encuentro de mi madre, en el camino a la estación me encontré con chicos de mi carrera que tenían que presentar un trabajo...
El manto blanco cubre el camino, la nieve a caído sobre la meseta castellana, miro al infinito mientras voy en el tren, en todo el invierno no había visto nieve... en el horizonte, donde la vista e pierde y surge la imaginación se ve blanco, el blanco de los valles y colinas unido al blando del cielo, cielo tapado con nubes puras, nubes tranquilas, sin amenaza.
Va pasando el tiempo, con él el paisaje, de campo a pueblo, de pueblo a industria, de industria a nieve...
El manto del suelo es ahora más extenso y parece más grueso, un tunel me quita la vita la vista por unos segundos pero vuelve, vuelve el blanco, vuelve el frío ahí fuera.
Se para el tren y me doy cuenta de que está nevando, penaba que había nevado no que nevara ahora... quiero salir y hacer un muñeco de nieve, grandes copos golpean el cristal al tiempo que caen al suelo formando la alfombra de esta preciosa visión, hacía tanto que el paisaje no me llenaba de esta forma... hacía tanto que no veía nevar... me gustaría parar el tren y el tiempo y salir a disfrutar, ¿nevará en Madrid? no lo creo, pero aún guardo esperanza, incluso puede que cuando esta noche vuelva a casa me reciba un tapiz blanco sobre las aceras de la ciudad, con esa esperanza dejo de escribir para tan solo admirar en silencio el mundo a mi alrededor
PD: en Madrid no nevaba, hacía incluso "calor" y en Valladolid, como era de esperar ni un solo copo de nieve había caído, quién sabe si este invierno la suerte y las noves me dejarán disfrutar de los copos fuera del tren
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