jueves, 22 de mayo de 2014

Despertar

Pasaban las horas, o quizás los minutos, entre esas cuatro paredes grisses no había relojes y mucho menos alguien a quien preguntarle cuanto quedaba, Javier, miraba por la ventanita semi-opaca esperando a que el carcelero viniera a preguntarle cual seríoa su última comida, desde hacía meses lo tenía claro, lentejas y albondigas y de postre un helado... helado, hacía años que no tomaba uno, llevaba siete años encerrado ahí sabiendo que el día de hoy llegaría, el día en el que su condena a muerte se haría efectiva, se alejó de la puerta y se sentó frente al escritorio, cogió una de las hojas de papel de las que le habían dejado para despedirse de su familia o arrepentirse de sus "pecados" y comenzó a escribir:

"Hace ya diez años, el 14 de Abril, tras un largo día en la biblioteca llegó a casa, bajo la puerta había un sobre con una foto de mi mujer así como una dirección de la ciudad de Nueva York, una fecha y una hora, tras la foto había escritas tres palabras "en tus manos", en ese momento comprendí que si quería volver a ver a Elisa tendría que acudir a la cita. hice una pequeña maleta y cogí el primer tren a  Nueva York que pude. Una vez en la Gran Manzana, me registré en un hotel centrico, no demasiado caro pero con un buen minibar, 36 horas después acudía a la cita, no llegué a ver a la mujer que me estaba encomendando la misión pero su voz me resultó tremendamente familiar, de allí saqué un sobre con las fotos de un aeropuerto y una estación de tren, así como una primera amenaza que me imponía una fecha límite de dos semanas, al llegar al hotel me di cuenta de que me faltama muchísima información y de que ni siquiera sabía que tenía que hacer realmente, durtante tres días me dediqué a beber hasta el agua de los floreros y a mirar las fotos por si se me había escapado algún detalle.

Al tercer día cuando salía a comprar algo de comer y beber una chica me entregó un segundo sobre, esta vez en él había otras dos fotografías, de dos puentes distintos, me resultaron familiar y entendí porque al ver el mapa de mi ciudad entre los papeles, además en él estaban marcados la biblioteca donde llevaba trabajando quince años y mi piso, en otro de los papeles tenía una especie de agenda para la siguiente semana..."

La puerta de la habitación se abrió, Javier se giró y sonrió al ver a John, el guardia negro con el que de vez en cuando jugaba al ajedrez, le dijo lo que quería para cenar y el hombre se marcho con una mirada triste, el prisionero bajo la cabeza al papel, volvió a coger el boli y tras unos segundo de vacilación volvió a escribir.

"... lo primero era volver a casa, actuar como normalmente y si alguien me preguntaba debía decir que hanía tenido que salir de la ciudad por motivos familiares, la verdad es que eso no andaba lejos del motivo real, había ido por mi novia al fin y al cabo, después, en dos días deberia visitar los cuatr sitios que no conocía tan bien como la biblioteca, examinar sus entradas en caso de los lugares cerrados y las medidas de seguridad así como los pilares en el caso de los puentes, al leer eso no pude evitar reirme a carcajadas, era bibliotecario no ingeniero de estructuras, tras ese paripé debía ir a una reunión en un hotel caro y lujoso donde me darían cierto armamento e informarían del resto del plan, ese fin de semana serían las elecciones presidenciales y yo me temía cuales eran las intenciones de los lunáticos que me estaban utilizando.

Dos días después, en el hotel, descubrí que la mujer que me había estado manipulando era la hermanastra de mi novia, una mujer extraña y malvada que siempre me había odiado, me dijo donde podría encontrar los explosibos que tendría que usar para hacer volar los puentes, el areropuerto y la estación de trenes y me dijo que si a las tres de la tarde del sábado siguiente no había un noticiero especial que hablara sobre mi peripecia ella se encargaría de acabar con mi chica.

Salé de allí lleno de miedo, en mi vida se me habían dado bien las ciencias y mucho menos sabía como funcionaba una de esas bombas pero tenía que salvarla así que el sábado como me habían ordenado hice explotar todo, de pronto todo se volvió oscuro ya que no estaba suficientemente lejos de la estación de trenes y me desperte en el calabozo.

Nunca me enorgullecí de lo que hice, nunca quise hacerlo pero le salvé la vida a ella y ahora pagaré por mi crimen"

Dejé el bolígrafo junto al papel, me levanté y me tumbé en la cama, cerre un momento los ojos....


Desperté con un sobresalto, estaba recostado en el sofá con el libro entre las manos y la música puesta, se abrió la puerta y de la cocina llegó un olor a lentejas junto a ella, mi chica, mi novia, estaba en mi casa, seguía trabajando en mi biblioteca y todo había sido un sueño fruto de mi aficción a leer novelas policiacas, la realidad de cuando fui a NY era que me tenían preparada una despedida de soltero a lo grande y querían meterme un poco de miedo en el cuerpo



Esta entrada es la tercera y última parte de una serie que empieza con "El encuentro" http://pasosenlasombra.blogspot.com.es/2013/12/el-encuentro.html y continua con "Piezas" http://pasosenlasombra.blogspot.com.es/2013/12/piezas.html

lunes, 5 de mayo de 2014

Solo soy lo que me dejan ser
un caminante sin destino
que solo quiere ver amanecer.

Tus palabras me dan vida,
tu llanto me conmueve,
con tu risa me iluminas.

No soy un pilar firme
solo una piedra en el río
no te pido más que un rato
un segundo de tu tiempo.