El libro del que hablo, un libro que me ha llegado hasta lo más profundo de mi ser, Blanca como la nieve, roja como la sangre su autor es Alessandro D'Avenia y este pequeño gran libro ha llegado a mi poder como regalo de cumpleaños de mi tía italiana que nos regaló el mismo libro a mi prima y a mi y que sin saberlo acertó con las dos de una forma que seguro nunca hubiera imaginado, pero no voy a desvelar el final de esta bonita historia.
Me gustaría contar una historia con frases de este libro, en mi cabeza está estructurada y tiene todo el sentido del mundo pero no soy capaz de comunicar los sentimientos, sentimientos míos, de nadie más, esos no los saqué de un libro ni se los robé a nadie, están dentro, como el libro, como la sangre, como el rojo de la sangre.
Empecemos por el principio, hace ya más de un año y medio, en la clase de lengua castellana hablábamos de como los colores infunden sentimientos en las personas, como un sentimiento se puede plasmar en un color, si no solo hace falta ver los colores que usamos al colorear y examinándolos verás que si puedes elegir esos colores al azar ellos demostrarán como te sientes, tus emociones, tus sentimiento, el amor, el odio, la amistad... la felicidad, la tristeza, la soledad... "El blanco ni siquiera es un color, como el silencio. No es nada. Una nada sin palabras o sin música. En silencio: en blanco" sin embargo el rojo es pasión, amor, estar enamorado.
Sabes/sabéis... ya no se a que o a quién escribo (las visitas suben así que me deben leer pero no se manifiestan) las personas tenemos sueños, cada uno debemos encontrar el nuestro y hay cosas que nos pueden ayudar a encontrar nuestro camino, al profesor de historia y filosofía (el Soñador) le inspiró un cuento de Las mil y una noches que es el siguiente:
"Cuenta la princesa Seherazade en la noche que hace número trescientos cincuenta y uno (si bien este es un dato que no recuerdo con claridad) la historia del hombre de El Cairo que sueña que su fortuna está en la lejana ciudad de Ispahán. Al día siguiente emprende el camino y tras largas jornadas llega a su destino. Cruza las puertas de la ciudad a última hora de la tarde y no encuentra albergue alguno, por lo que decide echarse a dormir en el patio contiguo a una mezquita.
Aquella noche ocurre un robo en las cercanías de la mezquita. Los vecinos dan la alarma, acude la Policía y apresan al hombre de El Cairo. Interrogado por el jefe de Policía el hombre relata la historia de su sueño y su viaje.
-Aunque a buen seguro -se lamenta- la fortuna que se me prometió han de ser los garrotazos recibidos por tus hombres.
El jefe de Policía, al oír el relato, se echa a reír.
-¡Hombre necio y estúpido! -clama- Yo también he tenido sueños en los que mi fortuna se hacía en tierras lejanas. A menudo he soñado con la ciudad de El Cairo, en la ciudad veo una casa, tras la casa un jardín, en el jardín un reloj de sol, tras el reloj una fuente, tras la fuente una higuera. Cavo bajo la higuera y encuentro un tesoro. Sin embargo yo soy un hombre cabal y no he emprendido el camino en busca de una quimera. Toma este dinero -dice, y arroja una moneda al suelo frente al hombre de El Cairo- y no vuelvas nunca a Ispahán.
El hombre de El Cairo, que ha reconocido en la descripción del jefe de Policía su propia casa, toma el dinero y emprende el camino de vuelta. Cuando llega a su casa se dirige a la higuera, cava bajo ella y encuentra un tesoro."
Ahora si, saltándome medio libro y muchas grandes frases quiero recalcar una conversación de Leo con mu madre, saltaré cosas y haré lo que me venga en gana pero ojalá todos aprendiéramos un poco de las frases de la madre...
"-Mamá, ¿cómo se ama cuando se ha dejado de amar?
-Leo, amar es un verbo, no un sustantivo. No es algo que se establezca de una vez para siempre, evoluciona, crece, sube, baja, se hunde, como los ríos en el corazón de la tierra, que sin embargo nunca interrumpen su curso hacia el mar. A veces dejan las tierras secas, pero discurren por debajo, en las cavidades oscuras y brotan fecundandolo todo.
-¿Que debo hacer entonces?
-Seguir amando, amar es un acto, no tienes por qué dejar de hacerlo, amar es un acto
-¿Aunque la persona que amar te haya herido?
-Eso es lo normal... Hay dos tipos de personas que nos hieren, las que nos odian y las que nos aman...
-¿Por qué quien nos ama tiene que herirnos?
-Porque cuando amamos a veces nos comportamos como tontos. Puede que metan la pata, pero lo que hacen es ponernos a prueba...Hay que preocuparse cuando quien nos ama ya no nos hiere porque entonces ha dejado de ponernos a prueba, o ha dejado de importarnos esa persona..."
Dicen que el amor y el dolor van de la mano y que del amor al odio hay un paso, supongo que es verdad, cuando te das cuenta de verdad de que amas a una persona es cuando te hace o le haces daño, cuando llega un momento en el que te duele, cuando sientes celos, cuando te desprecia, cuando te miente, cuando no te habla,... Hay tantas y tantas posibilidades para que la persona a la que quieres te haga daño... Pero si de verdad la amas da igual, es parte del sentimiento, perdonas, pides perdón.
"Ser cobarde es hacerse el tonto, volver la cara hacia otro lado, eludir las cosas" Ser cobarde es no afrontar la vida, esconderse detrás de una mascara, esquivar las situaciones incomodas, hacer que nuestros problemas no existen, ignorar a las personas que si dejamos pasar esa primera barrera se convertirán en problemas Llorar no es ser cobarde. Cuando estamos tristes, cuando las lágrimas caer por nuestras mejillas muchas veces nos sentimos avergonzados, cobardes, nuestro cuerpo usa el llanto como defensa ante el dolor, ante la rabia, ante los sentimientos que no caben dentro de nosotros y que necesitan salir por algún lado, ¿Nunca has llorado de felicidad? Puedes no atreverte a decir un te quiero o a dar un papel con letras que digan lo que sientes pero las palabras se as lleva el viento, puedes demostrarlo con un beso, una caricia, una sonrisa; puedes necesitar salir corriendo en un mal momento porque la situación te supera pero estar el resto de días, aunque no se sepa, pendiente de que ocurre, preocupado, triste, nervioso... Que importa un castigo cuando alguien que te importa de verdad te necesita... Nada.
Rojo, rojo como la sangre